VAQUERÍA EN LA PLAZA GRANDE
Luego de que el bastonero tradicional de la Sociedad Jaranera de Dzemul, Sergio Casanova, nombró a la mandataria estatal embajadora de la Magna Vaquería, iniciaron los compases de "Aires Yucatecos", a los que siguieron los juegos pirotécnicos, el baile, la alegría y los vítores de los millares de yucatecos y visitantes.
Entre las cadencias rítmicas de la jarana, la titular del Ejecutivo estatal recibió el apoyo y la felicitación de los ciudadanos por sus logros en la gestión pública y bailó con niños, mujeres y hombres en su recorrido por los cuatro costados de la Gran Plaza, en medio de una multitud en ambiente de fiesta y algarabía.
"Nunca en una fiesta cívica-cultural se habían reunido tantas personas, jaraneros y charangueros en torno de la vaquería yucateca, tanto para confirmar el arraigo de esta tradición cultural como agradecimiento popular a la Gobernadora por los resultados alentadores de su primer año de gestión", afirmó Renán Guillermo González, director del Instituto de Cultura de Yucatán.
De los diez mil 424 jaraneros registrados como asistentes a la Magna Fiesta de la Vaquería, ocho mil 464 provinieron de todos los municipios del estado, 720 de las comisarías de Mérida, 251 de grupos folclóricos de la capital del estado, 914 son independientes y 75 acompañaron a la Gobernadora del Peón Contreras a la Plaza Grande.
De manera adicional, unos 40 grupos de charangas o conjuntos de instrumentistas de unieron a la fiesta popular. Las orquestas de Bartolomé Loría Campos, de Arturo González, de Misiones Culturales de la SEP y la Secretaría de Seguridad Pública, amenizaron durante más de dos horas la tradicional vaquería.
La mandataria estatal encabezó esta manifestación de un pueblo orgulloso de su identidad cultural. Ivonne Ortega, con una sonrisa a flor de labios, como todas las mestizas, bailó en diversas ocasiones la jarana, lo mismo al ritmo de tres cuartos que de seis octavos, con el chasquido de sus dedos, que evocó las castañas de la jota aragonesa.
Con temas de arraigo como "Aires del Mayab", "Angaripola", "El Torito", "La Morena de mi Pueblo", "Halachó" y "Mi lindo Motul", miles de damas lucieron sus coloridos ternos y los hombres las tradicionales alpargatas "chillonas", sombreros blancos y paliacates, una expresión de fortaleza de la identidad cultural del estado.
Familias enteras, hombres y mujeres venidos de todos los municipios, así como los propios meridanos, se sumaron a los exponentes de la tradición yucateca, en una participación masiva y popular que constituyó un acontecimiento histórico en torno de un evento cívico-cultural.
Con las estampas de la jarana, en particular aquellas suertes de la vaquería, los grupos del folclor yucateco, con una botella o charola y vasos en la cabeza, arrancaron expresiones de asombro de propios y extraños. Turistas nacionales y extranjeros quedaron arrobados con este ambiente festivo, con bailes como "Cabeza de Cochino" y el de "Las Cintas".
El convite se prolongó hasta las 22 horas. Las notas musicales de jaraneros de gran tradición como el "Chato" Barrón y Rubén Darío Herrera, que lo mismo recrean los actos sociales de pueblos y comunidades que rinden culto a los santos patronos, quedaron en el ambiente como expresión de la vigencia de la cultura yucateca.
No faltaron las "bombas" yucatecas como aquella lanzada ante la centenaria Catedral: "Yucatán se viste de gala/ ya que a todos los adora/ pero mucho más se engalana/ con Ivonne Gobernadora".
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